Poeta
cantor de Castilla
VIDA
¡Y
dicen que en Castilla no hay paisajes!
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“Enjuto de carne, con perfil semita, rubio, con la hisurta barba florida, acicalada y noble, el don César de mi tiempo tiene estampa bíblica, que resulta entonada con el ceño de la gleba y con la tradición castellana”. |
Si eres cristiano, sé fuerte
y en este lugar sagrado
piensa en Dios y odia el pecado,
pero no temas la muerte.
Alza la vista y advierte
que tu victoria pregona
esa cruz que le corona,
prenda de infinito amor
del Divino Redentor
que resucita y perdona.
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El
fuego
"Media
vida es la candela
pan
y vino la otra media".
(Refrán
castellano)
No al fuego del incendio que
devora;
ni al que en el seno del volcán
se agita
y torrentes vomita
de lava abrasadora;
ni al que impulsa veloz
locomotora,
que cruza dilatados horizontes
y salva abismos y traspasa montes;
no al fuego que es terrible y es
grandioso,
sino al suave, al dulce y al
piadoso,
a la rubia candela,
la que preside la nocturna vela
ardiendo en el fogón de la
cocina,
la que a la tarde, cuando el sol
declina,
convierte en incensarios los
hogares
y atrae a los obreros
por caminos, cañadas y senderos
en busca del descanso a sus
hogares;
al fuego del hogar, que es cosa
santa,
el rudo vate campesino canta,
¡Oh fuego humilde, fuego
campesino:
tú con el pan y el vino
eres la vida entera
del refrán de Castilla,
en que gente frugal, gente
sencilla,
supo fiar, con sobriedad austera,
todo el vigor de la sufrida raza
a un cuartillo de vino y una
hogaza
y al calor de una hoguera;
tú prestas tu caricia placentera
en largos días de forzoso
encierro,
cuando está el campo helado;
tú ablandas en la fragua el duro
hierro
para aguzar la reja del arado;
tú desde el centro del hogar
honrado,
altar de los afectos familiares,
endulzas los pesares,
das paz y amor al ánimo sereno
y haces al hombre cariñoso y
bueno!
¡Oh fuego santo, fuego bendecido,
dulce calor de mi amoroso nido!
¡Oh fuego de mi hogar, bendito
sea!
¡Que yo siempre le vea
arder para mi dicha y mi consuelo!
¡Quiera piadoso el Cielo
que esté lejano el día
en que se quede tu ceniza fría
y triste como nido abandonado,
este hogar apagado,
esta casa vacía.
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