VIRGEN DE SACEDON  

CUENTA LA TRADICIÓN  
QUE JUNTO A LA FUENTE,  
EN TIERRAS DE SACEDÓN.  
NUESTRA MADRE LA VIRGEN  
A UN PASTOR SE APARECIÓ.  

Sería emocionante conocer el origen de esta devoción a la Virgen de Sacedón. Saber quiénes fueron nuestros primeros antepasados que comenzaron a venerarla, en esas tierras de sauces, a orillas del Eresma. Saber quién fue el artesano primoroso que dio forma de madre celestial a un tosco tronco de madera, que después se veneró como Virgen de Sacedón. Saber de esos hombres que un día muy lejano deciden levantar una ermita a dicha imagen, al lado de la fuente, donde dice la leyenda se apareció a un pastor. Saber de esas gentes que bebieron antaño del agua templada de la Virgen, esa misma agua que lavó nuestras ropas y purificó las almas con su cantar cristalino.

Sería hermoso volver la vista atrás. Vivir con aquellos viajeros que, cansados de su duro peregrinar, reposaban en la venta vecina de la ermita, no sin beber de su agua y rezarle una oración a la Virgen. Ver pasar los rebaños de ovejas merinas por la cañada inmediata a la ermita, con sus zagales al frente, sus yeguas y sus mastines, camino de los pastos castellanos, desde la seca Extremadura. Ellos también se postraron ante la Virgen. Ver crecer al Pino de la Virgen, rodeado de fuertes y airosos hermanos, acompañados, a los pies, de pálidas retamas. Ver llegar gentes y gentes, romeros a venerar a la Virgen, en su altar. Verlos danzar ante ella, brazos en alto, a son de dulzaina y tamboril. Verlos cantar, la mirada fija, esa salve del ruega por nos, por nosotros los piñeros, para que no caigamos del pino; por nosotros los yeseros, para que la mina no nos sorprenda; por nosotras las lavanderas, por nosotros...

Este librito quiere ser eso, una vuelta a nuestras raíces, a nuestra esencia como pueblo, uno de cuyos pilares fundamentales ha sido y será, sin duda, la devoción a Nuestra Patrona la Virgen de Sacedón.

 

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