TAXISTA de profesión y escultor por vocación, Juan José Calvo Merino es el autor de la escultura con la que este año se ha querido rendir homenaje a los piñeros de Pedrajas de San Esteban. La obra se ha encaramado en uno de los centenarios pinos que pueblan el entorno recreativo de la Ermita de Sacedón.

-¿De dónde proviene su vocación escultórica?

-Desde que era un chaval. Siempre montaba los belenes, no con elementos comprados, sino con las figuritas que hacía de cualquier cosa que caía en mis manos: madera, hierro, barro, etc. Las manualidades siempre me han gustado y mis ratos libres los paso en el taller creando aquello que idea mi mente.

-¿Cuándo surgió la idea de hacer una escultura homenaje al piñero?

-La idea de homenajear a los piñeros, con todo el significado que ha tenido en el devenir de los tiempos este antiquismo oficio para Pedrajas de San Esteban, era algo que yo quería hacer desde hacía mucho tiempo, pero que no veía la forma de poder llevar a la práctica.

-¿Quién le apoyó para hacer realidad lo que solo era una idea?

-Como había gente conocía de mis intenciones, el pasado año cuando finalizó la I Fiesta de Exaltación del Piñón algunos miembros de la junta directiva de la Asociación Castellana de Empresarios Elaboradores de Piñón me anunciaron que querían rendir homenaje al piñero y yo me ofrecí a realizar la obra.

-¿Ha entrañado alguna dificultad su ejecución?

-Cualquier obra de arte tiene su dificultad y a ella se añade, en este caso, la ubicación. La escultura, de más de ochenta kilos de peso y casi dos metros de altura, se ha instalado en una parte del pino donde se bifurcan dos grandes ramas a casi diez metros de altura. He tenido que hacer cálculos más propios de un ingeniero que de un artista.